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Nos encontramos en una fase política agotada, y ello ofrece claramente oportunidades históricas al proyecto nacional y social. Es cierto que la situación de bloqueo se está prolongando más de lo debido, principalmente porque los estados así lo han decidido a través de la estrategia represiva. Así, el pulso político del momento y la principal batalla se centra en la dirección y forma de ese nuevo ciclo que hay que abrir.
La oportunidad de un cambio político verdadero, es decir, la oportunidad de superar el ciclo estatutario y abrir un marco democrático, se encuentra abierta de par en par. Ahora el desafío consiste en cruzar esa puerta abierta tras décadas de esfuerzo, trabajo y lucha y efectuar el cambio político. Hay suficientes condiciones para ello. La clave reside en concretar la estrategia eficaz que, aprovechando esas condiciones, materialice dicho cambio.
Proceso democrático, la palanca para el cambio de ciclo
Hay que articular un proceso democrático que tenga como base la negociación, el acuerdo político y la participación popular.
El marco democrático tiene que posibilitar que todos los proyectos políticos puedan ser materializados, incluido el de los independentistas. El acuerdo político resolutivo entre las distintas formaciones vascas, que deberá ser respetado por los estados, constituye el elemento que debe gestar el proceso democrático. Los principales protagonistas serán la ciudadanía vasca y Euskal Herria.
La Izquierda Abertzale prevé tres estaciones en el proceso democrático que ya se está poniendo en marcha en Hego Euskal Herria:
Mínimos democráticos.
Deberán materializarse acuerdos o decisiones sobre la igualdad de oportunidades de todas las fuerzas políticas y sobre la desactivación de las medidas de excepción.
Acuerdo democrático.
Se basaría en el desarrollo de los contenidos políticos trabajados en el último proceso de negociación, reconociendo el carácter nacional de Euskal Herria, garantizando que todos los proyectos políticos puedan ser realizables, y estructurando las vías jurídico-políticas para que los territorios vascos puedan establecer sus relaciones tanto entre si como con el Estado.
Marco democrático.
Supondría la materialización jurídico-política del acuerdo democrático.
Estamos comenzando una nueva fase, y ello exige nuevas estrategias e instrumentos. La conclusión del debate se ha decantado por situar todas las formas de actuación al servicio del reto que entraña la nueva fase política; para favorecer la acumulación de fuerzas que exige el nuevo ciclo. Por tanto, con el objetivo de la acumulación de fuerzas como horizonte, la lucha de masas, la lucha institucional y la lucha ideológica, la modificación de la correlación de fuerzas y la búsqueda del apoyo internacional serán los únicos instrumentos del proceso democrático. El apoyo popular supondrá la única garantía, y el movimiento popular, el acicate más eficaz.